07. La
dinámica de los sistemas socio-técnicos como uno de los retos de la
investigación universitaria
Dr.
Miguel Ángel Hernández Briseño1
Palabras
claves: complejidad, sistemas, sociedad, filosofía, ciencia y
tecnología.
I
Introducción
Nuestra
vida cotidiana se encuentra intervenida por la tecnología. Sin
embargo, y a pesar de este hecho, el discurso filosófico no ha sido
constante en el estudio de esa misma tecnología. Pese a que la
técnica y la tecnología no es un tema nuevo para la filosofía (Sir
Francis Bacon, Karl Marx, Teilhard de Chardin o Herbert Marcuse son
algunos de los filósofos tradicionalmente reconocidos como
pensadores sobre la técnica) las perspectivas de estudio más
recientes sobre el tema son realmente reduccionistas: proceden bajo
la dicotomía tecnofilia
v.s. tecnofobia.
En
un marco como el de esta convocatoria resulta pertinente señalar que
no es posible una apreciación seria del fenómeno de la tecnología
en su real dimensión, mientras esta investigación sea producto de
investigaciones unilaterales. Unilaterales en el sentido
epistemológico del término cabe aclarar. Desde este punto de vista
la apertura a la investigación inter y transdisciplinar puede ser
una las herramientas que sean de utilidad en la investigación en
ciencias sociales, pero también en otros ámbitos del conocimiento
universitario.
En
este sentido las ciencias de la complejidad y su
enfoque integral se presentan como una síntesis capaz de ir más
allá de esa dicotomía así como de otras obstáculos de la
investigación contemporánea como la famosa «guerra de culturas».
Un ejemplo de ello lo encontramos en la obra fundamental de Ludwig
von Bertalanffy Teoría general de los sistemas que propone
una jerarquía de sistemas desde cada ámbito del conocimiento y un
posible tratamiento integral de ellos.2
Pero el objetivo de mi exposición se orienta a mostrar y señalar
puntos de arranque en el marco de las elaboraciones teóricas más
recientes. En consecuencia en esta ponencia pretendo mostrar un
enfoque que resulta más estimulante en propuestas para el análisis
de la tecnología. Finalmente hay que subrayar que todo intento
tendiente a la integración del conocimiento pretende una mejor
comprensión de sistemas complejos como el tecnológico y el social
(y por ello se habla de sistemas socio-técnicos) directamente
tendrán un impacto en el desarrollo de estrategias para la
construcción de un entorno sustentable para el siglo XXI.
II
Proyectos filosóficos contemporáneos orientados a la reflexión
sobre la tecnología
En las
últimas décadas los estudios sobre tecnología (así como las
definiciones de) se han multiplicado de manera exponencial. Las
licenciaturas, maestrías y doctorados junto con la diversidad de
proyectos teóricos que existen en la actualidad parecen confirmar
ese hecho. En el ámbito de la filosofía, el estudio de la
tecnología muestra diversos proyectos de investigación (orientados
a diversos problemas: ontológicos, epistemológicos, etc.); dichos
proyectos, huelga decirlo, a la fecha se hallan plenamente aceptados
por la gran mayoría de estudiosos sobre el tema y en ese tenor se
dice que son una especie de “ortodoxia” de los estudios sobre la
tecnología contemporánea. No obstante a la fecha también existen
perspectivas de investigación que desde ángulos “emergentes”
dan cuenta de la tecnología y sus problemas inherentes. Uno de esos
enfoques emergentes es el de las ciencias de la complejidad y esta
ponencia intentará ofrecer una inmersión periférica (aunque no
superficial, espero) sobre dicho enfoque y sus características
básicas.
Así como el concepto de tecnología no
cuenta con un significado unívoco debido a la gran cantidad de
definiciones que existen, así también por filosofía de la
tecnología pueden comprenderse muchas y diferentes cosas. Para
ejemplificarlo a continuación se mencionan algunos proyectos
filosóficos contemporáneos orientados a la reflexión sobre la
tecnología.
a)
Filosofía de la tecnología
La
“filosofía de la tecnología” es uno de los proyectos más
populares para los filósofos en el último tercio del siglo XX. La
filosofía de la tecnología, desarrollada por el filósofo
norteamericano Carl Mitcham es interesante porque presenta un esquema
que tiene la virtud de ofrecer una genealogía que es al mismo tiempo
una definición del término “filosofía de la tecnología”.
Según Mitcham existen dos tradiciones en el estudio de la
filosofía.3
La
primera tradición que surge es la de los ingenieros, debido a que
estos se encontraban convencidos de que las “creaciones” de la
era industrial requerían una reflexión. La filosofía ingenieril
realiza un análisis de la naturaleza de la tecnología en sí misma,
esto es, sus conceptos, sus procedimientos metodológicos, sus
estructuras cognoscitivas y sus manifestaciones objetivas. Entre los
tecnólogos que han reflexionado sobre la tecnología podemos
mencionar a quien se presume el iniciador de esta corriente Ernst
Kapp (1808-1896), Peter K. Engelmeier (1855- circa 1941), y Friedrich
Dessauer (1881-1963).4
En el contexto nacional podemos mencionar a participantes en esta
tradición como Daniel Reséndiz con El
rompecabezas de la tecnología.5
Según el esquema de Carl Mitcham la
segunda de las tradiciones de estudio de la tecnología es la
vertiente de las humanidades o hermenéutica, como también ha sido
denominada. Esta corriente busca, en contraste con la de los
ingenieros, penetrar en el significado de la tecnología, sus
vínculos con lo humano y extra-humano: arte, literatura, ética,
política, y religión. Algunos de los representantes más destacados
de esa corriente fueron Lewis Mumford (1895-), José Ortega y Gasset
(1883-1955), o Martín Heidegger (1889-1976).6
El enfoque de Carl Mitcham es útil en
tanto que nos ofrece un mapa conceptual para adentrarse en la
filosofía de la tecnología. Pero también nos demuestra que autores
como Carl Mitcham (y adherentes como Fernando Broncano) dan un
tratamiento limitado al fenómeno tecnológico. Los filósofos de la
ciencia de orientación positivista constantemente parecen mostrar
que requieren de la tutela de la ciencia para legitimar su
propuestas. Comprendemos junto con ellos lo interesante y atractivo
del desarrollo que las ciencias contemporáneas han mostrado. Pero es
necesario no dejarse deslumbrar por el oropel tecnológico. La falta
de sentido parece tocar muchos de los acercamientos teóricos a los
diferentes problemas de la tecnología. En ese sentido hay que
señalar que es necesario mantenerse en relación crítica con
aquellas tendencias apologéticas de la tecnología. Los estudios de
filosofía de la ciencia y tecnología, deben emprender una severa
auto-crítica sobre los resultados que sus investigaciones han
mostrado.
b)
Existencialismo Tecnológico
Otro
tipo de emplazamiento teórico es que plantea que la tecnología es
la manifestación más ostensible de la metafísica contemporánea.
En ese sentido es posible estar de acuerdo con Heidegger cuando
sugiere que la tecnología es la entificación de la metafísica más
patente nunca antes vista. Pero de ahí a sustraer el valor la
tecnología y desdeñarle por considerarla como una mera gnoseología
como desearían algunos
seguidores de la ontología
fundamental suena como una
ingenuidad total. El pensamiento filosófico solicitaría no sólo no
etiquetar a la tecnología como una cuestión óntica y proscribirle
del horizonte de una presunta “reflexión fundamental”. Cierto es
que hay elementos rescatables en los planteamientos de Heidegger
sobre la reflexión tecnológica, pero como el propio Fernando
Broncano ha enfatizado: “Junto a este Heidegger que aporta una
visión positiva de la habilidad técnica encontramos al Heidegger de
la posguerra irremisiblemente pesimista respecto a la tecnología”.7
No se minimiza aquí el aporte del autor alemán, más bien, nuestro
argumento se perfila en otra dirección considerando que la
observación del fenómeno tecnológico, se reitera, no es
susceptible de ser aprehensible mediante polarizaciones.
Uno de los seguidores más recientes de
este enfoque es Albert Borgmann que en su libro Technology
and the caracter of contemporay life expone
cómo es que la tecnología es un fenómeno incomprensible para el
sujeto contemporáneo en tanto que es una pauta que lo rodea y
envuelve cotidianamente.8
La forma en la que rodea y envuelve al sujeto no es ningún secreto
místico y puede ser perfectamente explicado, según Borgmann, por la
noción “paradigma del artefacto” (device
paradigm),
la tecnología nos rodea en forma de artefactos, dice el autor. Y es
sólo hasta que algo irrumpe y provoca una discontinuidad en el
paradigma del artefacto, que es cuando reparamos en la tecnología y
nos provoca perplejidad al constatar que desconocemos por completo su
funcionamiento, los principios que le hacen trabajar, etc.9
Estas nociones desataron un debate debido a que Borgmann consideraba
en el texto citado, que para contrarrestar la égida
del paradigma tecnológico, hay que recurrir a un retorno a la vida
bucólica, a la “buena vida” (good
life).
El debate llego a publicarse incluso en un volumen intitulado
Technology and the goog
life?.10
c)
Otras
perspectivas en el estudio de la tecnología
Conviene
reconocer que no es la filosofía de la tecnología de Carl Mitcham y
sus adherente ibéricos o el existencialismo tecnológico de
Borgmann, los únicos proyecto de investigación sobre tecnología.
Como hemos mencionado dentro de los estudios recientes producto de la
“tradición ingenieril”, sobresalen precisamente las
publicaciones del MIT, las que pese a su calidad, no muestran una
frente homogéneo por lo que no pueden ser consideradas como una
tendencia dominante.11
Otro tipo de enfoques que, debido a su
talante crítico, han sido soslayadas en la investigación sobre el
fenómeno de la tecnología, pero que deben ser atendidos son los de
orientación materialista. Dichos enfoques han sido comúnmente
llamados deterministas o
técnofobos. Han
sido
llamados
así por señalar precisamente las implicaciones de los sistemas
socio-técnicos de la mejor forma en las ciencias sociales y las
humanidades.12
Un
último punto a esta
cuestión, es el de considerar una vez más el problema de las
dicotomías que amenazan con ofrecer una perspectiva reduccionista de
los fenómenos socio-técnicos.
Considerar a la tecnología
como una aporía irresoluble que admite sólo alabanza o por el
contrario el pesimismo de un determinismo desbordado no es sano para
ninguna clase de investigación seria. Lo
que necesariamente se debe buscar es un enfoque que no sea
polarizante en ningún caso. En ese sentido este trabajo debe
comenzar por ser una crítica a los estudios tradicionales sobre
tecnología, ya sean éstos de la filosofía de la tecnología
ingenieril o humanista polarizantes. Como
hemos visto sobre el tema de la tecnología existen diversos autores
que sostienen enfoques muy diferentes. En todos ellos se aprecia la
vastedad y riqueza del fenómeno tecnológico, tanto como su
desmesura y abominación. Una regularidad epistemológica que estos
autores muestran, empero, es la tendencia al pensamiento polarizante,
esto es, a pensar en términos polarizados. Visto así los autores y
sus propuestas de estudio son reduccionistas. La razón de este
juicio (en apariencia sumario) en contra de esos autores que estudian
el fenómeno tecnológico parecería arbitraria. Sin embargo no hay
nada de arbitrario en lo dicho.
III
Cognición, autoorganización y método
Precisamente el punto anterior nos lleva
a un enfoque que nos muestra a la tecnología (a la que nos habremos
de referir de ahora en adelante como sistemas socio-técnicos) como
un fenómeno que debe ser objeto de investigación inter y
trasndisciplinaria.
El enfoque al que hacemos referencia es
el de las ciencias y teoría de la complejidad. Desde este enfoque
los sistemas socio-técnicos son “sistemas complejos
auto-organizados” y como tales la tendencia al crecimiento es una
necesidad “orgánica” de esta clase de sistemas. Y la tecnología
parecería no ser la excepción. Ver a la tecnología como un
organismo vivo puede ayudarnos a comprenderla de un modo que sugiera
estrategias viables para reorientar sus consecuencias para la
sociedad. Es entonces necesario sugerir una alternativa de
exploración que en la medida en que sea profundizada coadyuve a
explicar la emergencia de la tecnología. Veamos
a continuación una de esas propuestas que apuntan a resolver dicho
punto.
Anteriormente se ha expuesto cómo
algunos estudios sobre tecnología son llamados deterministas en
virtud de plantear una dinámica en la que los sistemas tecnológicos
transforman a los individuos siguiendo leyes trascendentales o
supra-históricas. Desde la perspectiva de Carl Mitcham y su
“filosofía de la tecnología”, la obra de Karl Marx supone un
ejemplo claro al respecto. Pero a diferencia de varios pensadores
anteriores y posteriores que Marx, ésta consideraba la
transformación que ejercen las creaciones materiales del hombre
sobre la misma especie sin otorgarle ninguna especie de conciencia a
la técnica y la tecnología.13
En contraste, muchos de los planteamientos actuales parecen
decirnos lo contrario. Ha sido Langdon Wiener quien ha señalado que
la tecnología es un producto del pensamiento que no puede ser
identificado por el propio pensamiento.14
No parecería errar. No obstante el pensamiento filosófico exige
deshacernos del determinismo que rodea, como un aura, al fenómeno
tecnológico. Pensar que la tecnología está ahí, salida de no sé
dónde y creada por quién sabe quién es una ingenuidad. Es factible
para el infante plantearse cosas en ese tenor, pero no para un
pensamiento maduro. Ese es el caso de muchos de los autores aludidos
aquí quienes sostienen que la tecnología escapa a nuestro control.
Aquí
comienza otra perspectiva de comprensión de los sistemas
socio-técnicos. A diferencia de el universo y la vida, que no
requieren de la vida humana para su desenvolvimiento eficaz como
sistemas, la tecnología si necesita por el contrario a la especie
humana en tanto que no es un sistema abierto
sino cerrado.
Sin humanidad no hay tecnología. A pesar de que en apariencia estas
relación supone una jerarquía entre lo creado y su creación. Pero
visto así, los sistemas socio-técnicos no serían más que una
reducción a una explicación causa-efecto.
Una valoración más profunda de la
tecnología a ese respecto será posible en la medida en que el
sujeto, la sociedad y la vida humana, sigan desarrollándose con lo
que producen, la tecnología, sin desconocer a ésta y menos erigirle
en un nuevo ídolo que amenaza con destruirle. Esa valoración más
profunda de la tecnología de la que se habla sólo sera posible en
la medida en que se sea sensible al sujeto, la sociedad y la vida
humana, y a que éstas sigan desarrollándose con su producto, la
tecnología. Sólo es posible dicha valoración, cuando se procede
sin desconocer a la tecnología y menos erigirle en un nuevo ídolo
que amenaza con destruir a la humanidad y lo humano. La energía
nuclear parecería ser el monstruo que hemos construido para
destruirnos a nosotros mismos. En ese caso hablamos de todos nuestros
desarrollos con sus vicios y virtudes. Destruir es una posibilidad
concreta de la creación y desarrollos tecnológicos. Es inherente,
pero insisto, es sólo una posibilidad. Hasta en el nivel cotidiano
de la vida hay que ser simplista para considerar que no hay
intromisión del fenómeno tecnológico en la vida cotidiana. Las
capacidades transformadoras del sujeto frente a tal orden son
limitadas, eso es seguro.
Pero un proceso intersubjetivo como lo
es la sociedad se encuentra a la par de la complejidad evolutiva de
la tecnología. Quizá la propia auto-organización biológica sea la
real medida para al orden tecnológico.
A este respecto una la perspectiva de las ciencias de la complejidad
recientemente han adherido la consideración de plantear a la
tecnología como un sistema biológico y a partir de ese enfoque
encontramos otra área que intenta simular la dinámica de la
tecnología pensando en los términos de Kauffman.
Para
ilustrar todo el caso tomemos como modelo el enfoque del Instituto
Santa Fe. Sobresale el trabajo Investigaciones,15
obra de Stuart Kauffman; en Investigaciones
presentan las líneas maestras de un enfoque que hace parecer a la
teoría biológica tradicional como provinciana
en virtud de limitarse a su noción de vida a los fenómenos locales
conocidos por la biología. Para Kauffman lo que tenemos es un
sistema auto-organizado que tiene capacidad de crecimiento sin ser un
ente vivo y pensante. En otras palabras estamos hablando de un
“agente autónomo”.16
Desde la perspectiva de Kauffman, el problema con los agentes no se
encuentra en cifrar el principio teórico de la vida, sino en
comprender la dinámica de auto-organización de cada sistema que es
expuesto en Investigaciones.
Los
sistemas que Kaufmann propone como modelos en su obra son el ADN,
algunos agentes moleculares, bacterias,17
pero también, organismos mayores, la biosfera y en otros planos la
conciencia y el universo como ejemplo de sistemas auto-organizados.
Conocer las dinámicas mencionadas puede ser una opción para una
investigación no polarizante según lo que se ha planteado.
En el
capítulo sobre sistemas económicos Kauffman desarrolla una
descripción de los elementos conceptuales que lo llevaron a
considerar los mercados, la economía y los sistemas productivos bajo
la mirada de la auto-organización, como acto seguido el autor de
Investigaciones
nos recuerda que bajo este enfoque se ha desarrollado un modelo de
simulación y predicción del comportamiento de los mercados. Dicho
modelo se llama Santa
Fe
artificial
stock
market model.18
Otro de los modelos que Kaufmann presenta en el texto aludido es el
modelaje de comportamientos del sector productivos. Para este fin se
desarrolló un modelo o grafo
tecnológico que
trata
de explicar la dinámica constructiva de la tecnología así como
lógica de desarrollo (lo que implica también los posibles efectos
negativos de la tecnología). El
concepto de «grafo tecnológico» de Stuart Kauffman. La razón para
tal exploración consiste en advertir que la dinámica de tal grafo
tecnológico se encuentra encarnada en el concepto de
«constructibilidad robusta».19
A mi manera de ver las cosas ese par de conceptos representan el
mejor ejemplo de autoorganización en los sistemas tecnológicos, y
por ende, de una descripción cualitativa y cuantitativa de los
«procesos teleonómicos» que resultan ser una plataforma común
para filosofía, ciencias sociales, ciencias naturales e ingenierías.
Ahondar
en la propuesta del grafo nos llevaría más tiempo del que está
disponible en esta ocasión, pero nos invita a pensar cuales son los
problemas que el estudio de la tecnología implica y posibles
perspectivas de estudios que eviten caer en los mismo yerros en la
investigación sobre sistemas tecnológicos pero no abre la puerta
para considerar los proyectos posteriores al de Kaufmann en el
Instituto Santa Fe, proyectos en torno a modelar la dinámica de la
tecnología.20
IV
Prospectivas: acciones orientadas al tratamiento integral de
sistemas socio-técnicos
¿Qué
puede hacer la universidad pública ante un escenario como el
planteado en I habida cuenta de los enfoques consideraros en II y
III? ¿Cómo puede la Universidad pública (y en concreto la
Universidad de Guanajuato) combatir la paradoja de la especialización
del conocimiento? Una buena forma de hacerlo es precisamente
fomentado espacios como el que enmarca la presente convocatoria. En
el Departamento de filosofía de la UG se ha trabajado, tomando como
base la discusión sobre la teoría de la complejidad, en estrategias
de vinculación entre diferentes áreas del conocimiento con el
discurso filosófico, lo que ha representado un real ámbito de
interlocución entre filosofía y ciencia sobre problemas teóricos.
Al respecto se han realizados acciones como las siguientes:
a)
Se han organizado seminarios (2007-2010) de tendencia
transdisciplinar para alumnos de licenciatura bajo la premisa de
acercar la reflexión sobre ciencia y la tecnología para alumnos de
humanidades y ciencias sociales.
b)
Se han organizado tres coloquios sobre “complejidad y filosofía”
como plataformas de vinculación entre ciencia y filosofía
(2009-2010). Este año se celebrará una cuarta edición convocando
en esta ocasión a las ciencias sociales.
c)
Se han desarrollado publicaciones colectivas como Complejidad
y pensamiento crítico21
y Complejidad
y pensamiento emergente22
en los que ha colaborado investigadores tanto de la UG como de otros
centros de investigaciones (CIO y ITESI-GTO). Todas las
contribuciones proceden de todas las disciplinas.
Conviene
señalar que en un espacio como el que nos convoca, hay que señalar
que ahora la interlocución entre debe áreas del conocimiento, debe
darse bajo la iniciativa de aportar estrategias en torno al
desarrollo de soluciones a los graves problemas que aquejan a la
sociedad de Guanajuato.
a)
Inducción de conductas a través de tecnologías de la información;
b)
Desempleo y migración producto de los sistemas productivos
contemporáneos;
c)
Contaminación y degradación del medio ambiente;
d)
Análisis de la producción y distribución de nuevos productos;
e)
Estudios Visuales como estudios no sólo circunscritos a la estética
sino a la preponderancia de la producción y distribución de
contenidos audio-visuales.
En
ese sentido más foros, congresos, publicaciones en torno a los
problemas emanados de los sistemas socio-técnicos nos ofrece una
pauta de acción que no debemos dejar pasar. Un segundo foro como en
el que hoy nos encontramos puede orientarse tematicamente a algunas
de estas áreas propuestas y mostrar estrategias conjuntas de
solución, por ejemplo, a la degradación y contaminación del
ecosistema de la ciudad de Guanajuato capital, que compromete la
sustentabilidad de la propia ciudad. El colapso de la ciudad
implicaría problemas que nos es el momento para enunciar sino para
considerar. Todas estas cuestiones tienen entonces la intención de
ser base para un planteamiento en el sentido señalado: el de
contribuir al desarrollo sustentable de la sociedad guanajuatense
promovido por la propia Universidad de Guanajuato.
Referencias:
►Borgmann,
A.; Technology and the character of contemporary life; The University
of Chicago Press, Chicago; 1984.
► Broncano,
F.; Mundos artificiales: filosofía del cambio tecnológico; Ed.
Paidós; Barcelona; 2002.
► Corona,
J., Theodor W. Adorno: Individuo y Autorreflexión Crítica,
Guanajuato, UG, 2008.
►Corona, J.,
Cortés R., Complejidad y pensamiento crítico, Guanajuato:
Universidad de Guanajuato, 2008.
►Corona,
J., Cortés R., Complejidad y pensamiento emergente, Guanajuato:
Universidad de Guanajuato, 2010.
►Érdi,
P., Complexity Explained. Heidelberg: Springer. 2008.
►
Feenberg, A., Et. Al.;
Modernitiy and Technology; MIT Press, Cambridge; 2003.
► Habermas,
J.; Ciencia y técnica como ideología; Tecnos; Madrid; 1986.
► Higgs,
E., Light, A., Strong, D., Technology and the Good Life, USA, Chicago
University Press, 2000.
► Kauffman,
S.; Investigaciones: complejidad, auto- organización y nuevas leyes
para una biología general; Tusquets; Barcelona; 2004.
►Marcuse,
H., Et.
al.; La Sociedad tecnológica: ¿Camino hacia el desastre?; Monte
Avila Editores; Caracas; 1975.
►Marx,
C.; El Capital: Crítica de la economía política; México D.F.,
FCE, 1987.
► Mitcham, C.; ¿Qué
es la filosofía de la tecnología?; Barcelona; Anthropos, 1989
► ---------------;
Thinking Through Technology: The Path between Engineering and
Philosophy; The University of Chicago Press; Chicago; 1994.
► Reséndiz Núñez,
D., El rompecabezas de la ingeniería: por qué y cómo se transforma
el mundo, México D.F., 2008.
► Von
Bertalanffy, L.; Teoría general de sistemas; FCE; México D. F.;
2006..
►Winner,
L., Tecnología autónoma: la técnica incontrolada como objeto del
pensamiento político, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S. A. ;
1979.
2Cf.
Von Bertalanffy, L.; Teoría general de sistemas; FCE; México
D. F.; 2006. P. 28-29.
3Al
respecto pueden consultarse: Mitcham, C.; ¿Qué es la filosofía
de la tecnología?; Barcelona; Anthropos, 1989; también
Mitcham, C.; Thinking
Through Technology: The Path between Engineering and Philosophy;
The University of Chicago Press; Chicago; 1994.
4
Mitcham, C.; ¿Qué es la filosofía de la tecnología?;
Barcelona; Anthropos, 1989, Capítulo 1, Pp. 21-48.
5
Reséndiz Núñez, D., El rompecabezas de la ingeniería: por qué
y cómo se transforma el mundo, México D.F., 2008.
6Mitcham,
C.; ¿Qué es la filosofía de la tecnología?; Barcelona;
Anthropos, 1989, Capítulo 2, Pp. 49-81.
7
F. Broncano; Mundos
artificiales: filosofía del cambio tecnológico;
Ed. Paidós; Barcelona; 2002; P. 65.
8
Borgmann, A.; Technology
and the character of contemporary life;
The University of Chicago Press, Chicago; 1984.
9Ibid.
Borgmann, P. 3-7.
10Higgs,
E., Light, A., Strong, D., Technology and the Good Life,
USA, Chicago Universty Press, 2000.
12Buenos
ejemplos de ellos son: Et. al.; La Sociedad tecnológica: ¿Camino
hacia el desastre?; Monte Avila Editores; Caracas; 1975;
Habermas, J.; Ciencia y técnica como ideología; Tecnos;
Madrid; 1986 y Corona, J., Theodor W. Adorno: Individuo y
Autorreflexión Crítica, Guanajuato, UG, 2008.
13El
estudio de Marx más pormenorizado al respecto es precisamente:
Marx, C.; El Capital: Crítica de la economía política;
México D.F., FCE, 1987.
14Winner,
L., Tecnología autónoma: la técnica incontrolada como objeto
del pensamiento político,
Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S. A. ; 1979.
15
Kauffman, S.; Investigaciones:
complejidad, auto- organización y nuevas leyes para una biología
general; Tusquets; Barcelona; 2004.
16
Los
«Agentes autónomos» pueden definirse como: “[...] un sistema
físico capaz de obrar en provecho propio”, Kauffman, S.;
Investigaciones;
Tusquets,
Barcelona; 2006. P. 26.
17
“[...] la bacteria nada corriente arriba en un
gradiente de glucosa y décimos que «va en busca de comida»
[...]”. Kauffman, S.; Investigaciones; Tusquets, Barcelona; 2006.
P. 19
18
Érdi, P. (2008). Complexity Explained. Heidelberg: Springer.
Capítulo 9, Pp. 305-351.
19Ibid.,
Kauffman, Capítulo 9, Pp. 285-325.
20
Algunos
de los que sobresalen en los que se modelan dinámicas producidas
por la tecnología son “If
it Isn´t Broken, Don´t Fix it: Extremal Search on a Technology
Landscape” (Strumsky
& Lobo: 2002), “The
Evolution of Technology within a Simple Computer Model” (Arthur
& Polak: 2004), “The
logic of invention”
(Arthur: 2005); “Dynamics
of technological development in the energy sector” (Factor
& Trancik: 2007).
21
Corona, J., Cortés R., Complejidad y pensamiento crítico,
Guanajuato: Universidad de Guanajuato, 2008.
22
Corona, J., Cortés R., Complejidad y pensamiento emergente,
Guanajuato: Universidad de Guanajuato, 2010.